jueves, 8 de enero de 2015

TE PIENSO ¿SE PUEDE?

Holadiós, abuelo ¿Qué tal estás hoy?

"La vida es así", "tenía muchos años ya", "es ley de vida", "mejor que se marche a que esté sufriendo", "él ya no quería seguir viviendo"... Eso dice la gente.
Pero no, no es así la cosa, al menos para mí.
No es tan simple, no.
No me consuela.

También he oído de la gente que "dios aprieta pero no ahoga"
¿Quién es dios? ¿quién aprieta? ¿quién ahoga?
A quienquiera que lea la frase le parecerá fácil la respuesta pero YO no la encuentro.
Aun así, si eso fuera cierto sería una gran putada. Apriétame y ahógame de una vez. O no me aprietes y no me ahogues. Elige. Es que si me aprietas pero no me ahogas no conseguimos nada, salvo mi sufrimento.
Claro, quizá se trate de eso.

Abuelo, dicen que tenemos que estar orgullosos de ti, que has vivido como has querido, que te has ido sin sufrir.

¿Ido? ¿A dónde?
¿Sufrir? ¿Por qué?
Yo también me voy sin sufrir cuando viajo a algún lugar.
¡Menudas tonterías dice la gente!

Pero ¿es que realmente te fuiste? Estoy empezando a pensar que sí porque hace días que no te veo. El timbre de mi puerta ha dejado de sonar. Tu televisión ya no suena alto. El ascensor sólo llega a nuestro portal cuando yo voy en él.

Yo ya no puedo verte. Entonces... ¿te marchaste o simplemente no te veo porque NO ESTÁS?
¡Espera! Si no estás... ¿es que te has ido? Cuando yo me marcho voy a algún lugar. ¡Tú también! ¿a que sí? El que no está es porque se fue, claro.

Pero ¿dónde estás? Es que no consigo verte.
Te busco.
Te pienso. ¿Se puede pensar a alguien?

Me vas a perdonar pero insisto, es que todos nos vamos a algún lugar en algún momento y durante algún tiempo. ¡Joder! ¡Pero regresamos! ¿Cuándo vuelves tú? ¿Cuándo has dicho? No te oigo. Claro, no me puse el aparato. Como tú. ¡Cabezón! Nunca te gustó demasiado, lo sabemos.

El otro día me fui.
Sí, me fui a unos kilómetros de aquí.
Pero regresé.
Y mira, sigo aquí (o eso creo).
¿Acaso no me ves? Estoy muy cerca de tu casa, como siempre, a tu lado.
¿Y tú? Dicen que también te fuiste el otro dia, el 5 de enero de 2015. De hecho yo pude ver cómo te ibas.
Entonces eso quiere decir que regresas, ¿verdad? ¿Cuándo? ¿De dónde? Más que nada por esperarte, no vayamos a cruzarnos en el portal por sorpresa. Me (nos) gustaría volver a verte. Yo, al menos, te necesito. Está bien, no te necesito pero sí que me gustaría estar a tu lado, que entraras a espantar a los pájaros, que me preguntaras si necesito algo.

Son tantas las preguntas... y sin embargo la gente dice que no me las haga, que no hallaré respuesta, ¡Qué ignorantes! ¿verdad?

¡Espera! ¡Ahora lo veo claro! (o al menos eso creo). Claro, te has marchado para no volver, si es que eso es posible. Por eso no dices nada, porque no quieres que te echemos en falta, que te echemos de menos, que te añoremos, que te pensemos.

Sigo sin saber si se puede pensar a alguien. ¿Se puede?

Verás, abuelo, si te vas y no dices nada nunca sabremos que te fuiste, aunque veamos cómo te marchas. Y tampoco sabremos a dónde. Por eso no podemos buscarte, nunca podremos encontrarte pero sí pensarte. ¡Bien! Ahora lo comprendo, al fin lo tengo claro.

Miento.
No entiendo nada, estoy como al principio pero...
te pienso 

¿Se puede?

No hay comentarios:

Publicar un comentario