lunes, 23 de marzo de 2015

LA GATOTERAPIA. LOS EFECTOS BENEFICIOSOS DE CONVIVIR CON UN GATO.

La Gatoterapia, un novedoso tratamiento antiestrés con tu felino

La Gatoterapia es un tratamiento tradicional contra los síntomas del estrés, la ansiedad y el bajo estado de ánimo con la ayuda de gatos domésticos. Puede ayudarte a mejorar tu salud física y mental y tu calidad de vida global, a través de la interacción amistosa entre el gato y la persona.

Gatos y humanos: un poco de historia

Ya en tiempos ancestrales, el ser humano ha encontrado en ciertas especies animales una buena dosis de compañía y afecto. Además de la domesticación de los animales con el fin de preservar el sustento alimenticio (carne, leche), el abrigo (pieles, lana) y el desplazamiento (caballos), algunas especies han mantenido una relación de cariz más íntima con el hombre. En este sentido, dos de los animales que tradicionalmente han desempeñado ese rol son el perro y el gato, aunque cabe señalar que en el caso del can, su labor también solía vincularse a la caza, el pastoreo y la seguridad de la morada.
El gato (felis silvestris catus) es un pequeño mamífero predador. Los orígenes de la especie, o por lo menos sus primeros reportes científicos, se sitúan en el sur de Egipto en el año 3000 aC. En esos tiempos lejanos, los gatos ya gozaban de una gran consideración, hasta el punto de que los humanos les otorgaban una categoría de divinidad. Desde Egipto fue extendiéndose hacia otros muchas regiones, a través del comercio, fue fiel compañero de brujas, magos y curanderos. Posteriormente, fue acogido como cazador doméstico de pequeños animales roedores, que podían propagar enfermedades. En este sentido, el gato era un seguro de salud para el hombre. Además, fue paulatinamente creciendo su rol de amigo y compañero doméstico.
Muchas personas aseguran que la compañía del gato les reporta múltiples beneficios. Actualmente, existen más de cuarenta especies diferentes de felinos, cada uno con sus características propias: pelajes de todos los colores y formas (e incluso sin pelaje), con cola larga, cola corta, sin cola, con estructuras craneales muy distintas, etcétera.

El gato: descubriendo su personalidad y sus ‘propiedades antiestrés’

El gato es un animal muy autónomo, como ocurre con el resto de felinos. Su vínculo con los dueños de la casa se fundamenta en una especie de pacto de respeto mutuo. La compañía de un gato, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de psicofármacos, contribuye a lograr buenos niveles de relajación sin el efecto secundario de perder el contacto con la realidad o ciertas cotas de conciencia. Acariciar un gato puede reducir el estrés, así como disminuir el nivel de presión sanguínea y la frecuencia de latidos del corazón. Por su parte, el ronroneo característico del gato (sonido que emite el felino cuando está cómodo y seguro) tiene un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas, fomentando el buen humor y proporcionando confianza y seguridad. Las señales de afecto que el gato nos proporciona también tienen un efecto positivo en nuestra psique, ayudando a enfermos convalecientes a salir adelante de su situación gracias a su simple presencia.

Compañía felina, siempre bienvenida

Muchos especialistas recomiendan a personas que viven solas la compañía de un gato. Además de los aspectos positivos en la salud mental que ofrecen los pequeños felinos, los gatos no requieren de grandes cuidados, en comparación con, por ejemplo, los perros. Vivir acompañado de un gato también nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos y aceptarnos tal cual somos: los gatos no nos juzgan, no diferencian entre guapos y feos o ricos y pobres; solo reciben cariño y lo devuelven a su manera, de una forma completamente natural y sin artificios.
Las familias que conviven cerca de un gato también logran algunos beneficios psicológicos, puesto que fomentan y refuerzan la comunicación entre padres e hijos y entre hermanos. Además, la convivencia familiar con animales enseña a los niños a responsabilizarse de ciertas tareas, a respetar y amar a otras especies, y esto redunda en el refuerzo de actitudes sosegadas, relajadas y de distensión del estrés.

Salud mental, Gatoterapia y algunos datos

Los beneficios de la Gatoterapia en personas con algún tipo de discapacidad física o psíquica o con alguna clase de trastorno emocional o psíquico, han sido estudiados. Por ejemplo, entre los trastornos asociados a demencias (Alzheimer), el Autismo, el Síndrome de Down, el TDAH y los trastornos conductuales en niños y en trastornos del estado de ánimo, los beneficios parecen claros.
En los Estados Unidos, varios estudios revelaron que los pacientes aquejados de cardiopatía reportaron una progresión mejor y más rápida si convivían con un felino, incrementando así el porcentaje de supervivencia un año después de haber padecido un episodio agudo como por ejemplo, un infarto (Friedmann y Thomas, 1995).
Las personas que viven con gatos en casa tienen una probabilidad más baja de fallecer a causa de un infarto. Esta fue la conclusión a la que llegaron varios investigadores de la Universidad de Maryland. En el caso de la convivencia con perros, no se reportó el mismo efecto protector, posiblemente debido a los cuidados diarios que requieren los canes: los dueños de perros estuvieron en probabilidades cercanas a la media.
Varias asociaciones y fundaciones nacionales dedicadas a mejorar la calidad de vida de personas con trastornos mentales graves emplean a gatos como parte de la terapia. En niños autistas, por ejemplo, los gatos tienen distintos efectos positivos. Obviamente el gato no puede curar una psicopatología severa, pero sí se ha observado que el contacto de los enfermos con los felinos les aporta buenas dosis de felicidad, les devuelve la sonrisa, especialmente a aquellos que sufren de una vida bastante solitaria. 


El caso de los ancianos que viven en residencias geriátricas también es especialmente positivo en lo que refiere a los beneficios de convivir con gatos. Distintos estudios señalan que el contacto diario con un adorable gato, al que pueden interpelar, acariciar y cuidar, puede ayudar al anciano a verbalizar sus emociones y sentimientos, así como los recuerdos de su infancia. Estimular su memoria y expresar anécdotas y relatos de su vida pasada es algo realmente importante en pacientes con demencias seniles o Alzheimer, porque esta gimnasia mental resulta un factor básico a la hora de retrasar la degeneración de la calidad neuronal, culpable de la pérdida progresiva de memoria. El sentido táctil, pudiendo acariciar el gato y notar su ronroneo cuando está feliz estimula algunas terminaciones nerviosas que evocan recuerdos.

Los gatos no son juguetes

Se puede adoptar un gato acudiendo a la protectora de animales más cercana. Incluso, si lo estimas oportuno (aunque deberías evitarlo), puedes adquirir un cachorro en una tienda especializada en animales domésticos. Pero no debemos dejar de ser conscientes que un gato es un ser vivo, que tiene necesidades y sufre. Esto implica una responsabilidad hacia él. El gato debe ser desparasitado y vacunado convenientemente, además de que en la mayoría de países debe llevar un microchip identificativo.
Si este último párrafo está claro, solo podemos invitarte a gozar de la grata compañía de uno de los animales más amigables, misteriosos y beneficiosos para tu salud que pueda haber.


Fuente: Psicología y Mente

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LOS ESTRESORES: ¿QUÉ NOS ESTRESA?

Para dar respuesta a la pregunta del título del post antes de nada debemos definir qué es un estresor. Un estresor es una situación a la que está expuesta una persona y que, para hacerle frente, necesita adaptarse. Son condiciones ambientales generadoras de estrés. 
La clave de estresarnos no está tanto en el estresor, sino en cómo percibimos éste. Esta percepción va a determinar que nos estresemos o no ante un determinado estímulo.


Si observamos detenidamente a nuestros amigos, compañeros o familiares, ante la misma situación estresante unas personas reaccionan con mucho estrés y otras se quedan como si no hubiera pasado nada. Imagina que vais en un coche cinco personas. De repente se cruza un perro y el conductor tiene que dar un frenazo seco para no atropellarlo (esta es la situación estresante en sí). Unos nos dirían que tienen el corazón muy acelerado, otros nos dirían que han pensado que tendrían un serio accidente y están sudando, y otros nos dirían que están tranquilos como si no hubiera pasado nada. Lo curioso de esta situación es que todos han vivido el mismo estresor (frenazo para no atropellar un perro), pero no todos han experimentado esa situación de la misma manera.

 

PRINCIPALES FUENTES DE ESTRÉS O ESTRESORES


1. SUCESOS VITALES INTENSOS Y EXTRAORDINARIOS

Estas situaciones de estrés se dan como resultado de la aparición de cambios importantes en la vida de las personas. Son de gran intensidad y no mucha duración.
Ejemplo: La pérdida de una persona querida, sufrir un accidente de coche trágico, un divorcio, una violación, un terremoto devastador, etc.

 

2. SUCESOS DIARIOS ESTRESANTES DE MENOR INTENSIDAD

Se refieren a las múltiples situaciones de la vida cotidiana que funcionan como generadoras de estrés. Son estresores menores no muy intensos pero muy repetitivos. Tienen unos efectos más negativos tanto a nivel psicológico como biológico que los que puedan generar los sucesos vitales extraordinarios ya que estos últimos, aunque son muy intensos, son poco frecuentes.
Ejemplo: Los atascos de tráfico, el mal tiempo, conflictos con familia o amigos, suspender un examen, problemas económicos, etc.

 

3. SITUACIONES DE TENSIÓN CRÓNICA MANTENIDA

Generan grandes cantidades de estrés y se mantienen durante períodos de tiempo más o menos largos. Son estresores de una elevada intensidad y su presencia es repetida y duradera. Sus efectos son devastadores para la salud.
Ejemplo: Sufrir malos tratos, ser cuidador de una persona dependiente, inmigrantes sin papeles, etc.

 

¿CÓMO COMBATIR LOS EFECTOS DEL ESTRÉS?

 

En la actualidad disponemos de tratamientos psicológicos muy eficaces para hacer frente al estrés.
Un programa combinado de tratamiento de estrés como la Terapia de Inoculación del Estrés es el método más efectivo para combatir sus efectos, minimizarlos en el tiempo y adquirir habilidades de afrontamiento ante los estresores. 
En Supera Psicología Clínica (psicólogos en Jaén) ponemos a tu disposición este tipo de tratamiento. No dudes en contactarnos si necesitas ayuda profesional.


Francisco Manzaneda es Licenciado en Psicología, Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Especialización Didáctica, Especialista en Terapia Cognitiva y Conductual Infanto-Juvenil y colegiado nº AO-06199. Ejerce su profesión en su consulta privada en Jaén capital.
 
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jueves, 5 de marzo de 2015

PRIMAVERA Y ANSIEDAD

Con la llegada de la primavera, muchas personas refieren tener síntomas de ansiedad. Quizá sea este tu caso y te sientas identificado/a. Pero ¿qué es la ansiedad? Antes de nada debemos dar respuesta a esta cuestión para saber de qué estamos hablando exactamente.


¿Qué es la ansiedad?:

La ansiedad es una emoción que nos surge de forma automática en situaciones de amenaza o peligro, para prepararnos a luchar o huir. Gracias a la ansiedad nuestra especie ha podido subsistir y ha llegado a ser tan poderosa. Seguramente descendemos de aquellos antepasados que más ansiedad tenían ante las serpientes, lobos, etc. porque luchaban o huían eficazmente, los que generaban menos ansiedad eran presas más sencillas. Ahora bien, cuando esa emoción se presenta ante estímulos que no suponen peligro alguno o las reacciones de miedo son desproporcionadas, entonces estamos hablando de ansiedad patológica, ya que no nos ayuda y nos limita.


Cuando tu cerebro percibe un peligro (real o imaginario), automáticamente se pone en marcha el sistema de alarma, es decir, se activa una parte de tu sistema nervioso que provoca diversos cambios fisiológicos con los que tu organismo se prepara para afrontar el peligro. Por ejemplo:

- Tu cuerpo libera adrenalina y noradrenalina, que producen una sensación de nerviosismo e inquietud.
- Aumenta la frecuencia y la fuerza de los latidos del corazón para que los músculos dispongan de más sangre y eliminen mejor las toxina, con lo que te resultaría más fácil atacar o huir de ese peligro.
- Hiperventilas, es decir, respiras más cantidad de aire y más dreprisa, preparando también a tu cuerpo para la lucha o huida.
- Sientes miedo y tiendes a huir para ponerte a salvo.

Todos estos cambios serían útiles y beneficiosos si te encontrases ante un peligro real. Pero, si en vez de tomarlos como algo normal piensas que esas sensaciones son peligrosas, se activará aún más el sistema de alarma y, por tanto, las sensaciones y el miedo aumentarán. ¿Me explico con claridad? Veámoslo gráficamente:


Las sensaciones que temes no son más que la reacción de tu cuerpo y mente ante ese peligro. Son molestas, qué duda cabe, muy molestas, pero para nada son peligrosas.

Algunos ejemplos de sensaciones temidas:

- Mareo
- Falta de aire
- Taquicardia, palpitaciones
- Hormigueo en las extremidades, pérdida de sensibilidad, palidez
- Opresión, dolor o pinchazos en el pecho, dolor en brazo izquierdo
- Calor, sofoco, sudor, escalofríos
- Percibir las cosas de forma extraña o inusual, ver "lucecitas", etc.
- Temblor, pinchazos, parestesias
- Dificultad para pensar en la forma habitual
- Náuseas o molestias abdominales
- Opresión o sensaciones extrañas en la cabeza
- Cansancio, agotamiento
- Cualquier sensación interna temida



La ansiedad también facilita la aparición de las crisis de pánico, entre otras razones porque produce sensaciones similares a las que interpretas como señal de peligro. Sin embargo, la ansiedad no es algo malo en sí. De hecho, la investigación científica ha demostrado que, en ciertas dosis, mejora nuestra capacidad para afrontar las dificultades. Pero, cuando la ansiedad presenta una intensidad excesiva o cuando se mantiene activada durante demasiado tiempo, puede ser algo negativo, ya que nos impide sentirnos bien y funcionar de forma óptima.

El objetivo del tratamiento:

Desde Supera Psicología Clínica Jaén (Psicólogos en Jaén) pretendemos ayudar al paciente a mantener controlada la ansiedad en unos niveles deseables pero teniendo claro que no pretendemos eliminarla por completo ya que, además de ser imposible, tampoco sería conveniente, porque experimentar cierto grado de ansiedad es útil y necesario. No obstante, la ansiedad anticipatoria, es decir, la ansiedad producida por el temor a que aparezcan nuevas crisis o a experimentar las sensaciones temidas, sí que desaparecerán con el tratamiento.


Francisco Manzaneda es Licenciado en Psicología, Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Especialización Didáctica, Especialista en Terapia Cognitiva y Conductual Infanto-Juvenil y colegiado nº AO-06199. Ejerce su profesión en su consulta privada en Jaén capital.
 
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