El pasado es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. El lugar del que venimos actúa como una base para conformar quiénes somos, cómo actuamos y cómo pensamos acerca del mundo que nos rodea.
Influye no sólo en nuestra perspectiva de vida, sino en muchas más
cosas que ahora mismo ni siquiera imaginamos, como las sensaciones y
emociones que tenemos ante algo o alguien que no conocemos y del que no
tenemos información.
Todas las personas podrán recordar
momentos buenos y malos de su trayectoria vital. Sin embargo, existe
gente que parece tener una increíble facilidad para estar todo el día
reviviendo su pasado. Pasar el día recordando aquello que sucedió antaño
(tanto si es malo o bueno) no es precisamente la mejor opción para
seguir con nuestras vidas, sino todo lo contrario. Nos mantiene
estáticos, nos impide movilizar nuestra energía para realizar nuevos proyectos o, simplemente, disfrutar del día en que nos encontramos.
El problema surge cuando nuestro pasado no nos deja continuar hacia adelante
con nuestra vida. Los recuerdos sobre aquello que fue o no fue vuelven a
nuestra cabeza una y otra vez, haciendo interferencia con el momento
actual en que nos encontramos, impidiéndonos disfrutar del instante que
vivimos. Es en este punto cuando debemos tomar conciencia de que el
pasado ya pasó (valga la redundancia) y que es en el presente donde nos
encontramos.
Recordar aquello tan terrible que nos
sucedió, lo mal que se portaron con nosotros, etc. trae de vuelta a
nuestra cabeza aquellas emociones de malestar, culpa, vergüenza, rencor…
que nos vuelven a hacer daño de nuevo una y otra vez, ¿nada productivo,
verdad? Estas personas que se focalizan demasiado en el pasado, corren el peligro de caer sumidos en una gran tristeza o depresión,
presas de sus desgracias e inmóviles ante un presente-futuro nada
prometedor, ya que esto nos puede llevar a pensar que nuestra vida está
destinada a la desdicha.
Es importante saber que para superar el pasado, en primer lugar debemos asumir que no va a cambiar,
que debemos aceptar las cosas tal como fueron y dejarlo estar. Resulta
fácil decirlo, sí, pero pasar página es imprescindible. Para ello,
algunas de las cosas que debemos intentar hacer son:
1. Alza la vista hacia el mundo que te rodea.
Levantar la vista de tu ombligo para pasar a mirar el sitio en el que
estás y la gente que te rodea puede ser un buen primer paso para seguir
hacia adelante.
2. Olvida a aquellos que te hicieron daño.
Como ya se ha dicho, vivir rememorando
aquello que tanto nos hizo sufrir impide que se cierren esas heridas. Y,
que quede claro, guardar resentimiento hacia esa persona (e incluso
mostrárselo abiertamente) muchas veces no va a conseguir que el otro se
sienta peor sino que somos nosotros los que más nos anclamos en aquello
que sucedió.
3. Perdónate a tí mismo.
Comprender que las cosas que hicimos mal ya no pueden deshacerse. En vez de culparnos a nosotros mismos por haber actuado de una determinada forma y no de otra, sería más productivo buscar por qué hicimos eso. ¿Cuáles fueron los deseos, motivaciones o miedos que nos llevaron a hacer las cosas de ese modo?
4. Encuentra un sentido a tu vida.
Tener objetivos y metas en la vida nos permite afrontar los malos momentos.
Saber que hay algo por lo que merecerá la pena seguir, nos da aliento
para soportar las adversidades puesto que sabemos que cuando éstas
terminen, podremos hacer aquello que anhelamos.
5. Volver a empezar.
A lo largo de nuestra vida, podemos
encontrarnos en situaciones que se nos exijan tener que volver a empezar
desde cero. A pesar de que en un primer momento veamos todo negro,
debemos pensar que eso no es así. Que nosotros no veamos las diferentes
alternativas que tenemos no significa que éstas no existan o que no
vendrán en un futuro.
Fuente: Psicopedia.
D. Francisco Pérez es
Licenciado en Psicología, Máster en Psicología Clínica y de la Salud por
la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Especialización
Didáctica, Especialista en Terapia Cognitiva y Conductual
Infanto-Juvenil y colegiado nº AO-06199. Ejerce su profesión en su
consulta privada en Jaén capital.
Si necesita ayuda profesional y está buscando un psicólogo en Jaén, puede ponerse en contacto con nosotros a través de:
Tfno. 678 920 707
Correo electrónico: Correo psicólogo Jaén
![]() | |
¡Porque nuestra salud mental es lo más importante! |
No hay comentarios:
Publicar un comentario