miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿HAS PERDIDO LA AUTORIDAD CON TUS HIJOS? PONER LÍMITES A NUESTROS HIJOS. UNA DISCIPLINA POSITIVA.

La desobediencia surge por la incapacidad de los padres para poner límites conductuales a través de una "disciplina positiva" a sus hijos. La disciplina positiva busca conseguir una educación equilibrada entre la permisividad excesiva y la restricción excesiva.

Una disciplina positiva supone:
  • Establecer límites firmes y equitativos
  • Comunicar a los niños normas claras razonables y apropiadas
  • Estimular y elogiar los logros
  • Aplicar consecuencias consistentes a la mala conducta 

Educar es ayudar a ser libres. Por lo tanto, tomando constantemente los adultos las decisiones haremos que el niño sea incapaz de decidir nada en su vida. De esta forma, estaremos dificultando que el niño:
  • Aprenda a tomar decisiones por sí mismo.
  • Vaya conformando sus propios criterios.
  • Ejerza su responsabilidad personal.
Si lo que se busca es la madurez de nuestros hijos, debemos deshacernos de forma gradual de algunos hábitos de control sobre éstos que ya no son adecuados a medida que van creciendo.
"Lo importante es crear la condiciones para que de forma gradual nuestros hijos vayan decidiendo por sí mismos, que aprendan a tomar decisiones"
Los padres tienen como misión enriquecer, no anular, la personalidad de sus hijos. Educar es fomentar la creatividad, abrir sus mentes y ayudarles a ser libres. Los padres tienen que ordenar las infinitas posibilidades de sus hijos, pero sin marcar ellos unilateralmente el camino, comunicando a los hijos normas claras razonables y apropiadas.


Los padres tienen muchas veces que "mandar" a sus hijos, pero no todo el mundo tiene autoridad y se hace respetar. Siendo muy difícil educar sin inspirar respeto, los padres que no tengan autoridad personal la tendrán que aprender. Para alcanzar esa respetabilidad, "saber y poder mandar", se deben considerar los siguientes enunciados:
  1. No se puede mandar hoy una cosa y al día siguiente mandar otra distinta y contradictoria con las razones esgrimidas el día anterior.
  2. Cuando se ha tomado una decisión hay que mantenerla. Previamente habrá que razonarla, pero una vez tomada, por considerarla la más conveniente, deberemos mantenerla aunque cueste algún esfuerzo o sacrificio.
  3. Exigir a los demás lo que nosotros somos capaces de hacer. No podemos pedir orden a nuestros hijos cuando nosotros somos un desastre.
  4. Mostrarnos como una persona que sabe controlar sus emociones, equilibrada.
  5. Ser tolerante en las pequeñas cosas, para poder exigir en las fundamentales, de lo contrario caeremos en el error de estar continuamente haciendo reproches a nuestros hijos, lo que nos puede hacer perder su confianza.
  6. Mostrar nuestro interés por el resultado de sus acciones, no quedarnos solo en el "mandar por mandar".
  7. Disponer de una gran dosis de paciencia. Siendo perseverantes iremos consiguiendo las cosas, más que planteando las cosas con estridencia.
  8. Incorporemos a nuestro hijo en el proceso de tomar una decisión. Dando participación, pidiendo su opinión, no se corre el riesgo de perder autoridad; por el contrario, mostramos lo difícil qu resulta a veces decidir y acertar la decisión.
Esta breve relación no agota todas las posibles cualidades necesarias para "ejercer el mando" con autoridad ante los niños pero son sin duda las más importantes para acceder a esa respetabilidad tan necesaria para educar a éstos en la infancia, es decir, para establecer límites firmes y equitativos y comunicar a nuestros hijos normas claras y razonables.

Francisco Manzaneda es psicólogo máster en psicología clínica y de la salud por la UCM y colegiado nº AO-06199. Ejerce su profesión en su consulta privada en Jaén capital.

Si necesita ayuda profesional y está buscando un psicólogo en Jaén, puede ponerse en contacto con nosotros a través de:
Tfno. 678 920 707
Correo electrónico: Correo psicólogo Jaén

No hay comentarios:

Publicar un comentario